PLANES CON CARLA DE LA LÁ

Gestión de seres queridos, longevidad, retratos y caviar

Esta semana la cronista nos recomienda regalos especiales, unos tips para el sano manejo de los eventos navideños en familia, aceptar nuestras inutilidades y tomarnos en serio lo de la longevidad

Fotografía de Paloma R. Barceló, firmada por Javier Jimeno

¡Qué bien se está lejos de los seres queridos! ¿eh? ¿Pasáis, hermanas, las navidades en plan tribu? ¿Con qué frecuencia visitáis a la familia política? ¿Disfrutáis de su compañía o más bien cada minuto en su presencia os pasa por todo el cuerpo como un papel de lija?

En los próximos días (casi mejor hasta el sepelio, propio) démosle un descanso a nuestro asertividad. Suena raro, pero la buena gestión de la familia (y del resto del mundo) pasa por la fantasía y la contención. Practiquemos el cristianismo, el budismo, la respiración, la educación y la mansedumbre. Si el conflicto ha llegado, que no cunda el pánico: se piden disculpas tengamos o no razón, hay que ser exquisitamente cortés (sobre todo con la familia política) y punto; o expiarlo durante meses (o años) en desavenencias conyugales y mal sexo.

Hoy, con franqueza e implicación, os deseo una exitosa y hasta placentera gestión de la parentela y el amor en cualquiera de las reuniones navideñas que nos acechan como lobos, pero antes os dejo cuatro citas que procuro depositar, sin éxito y sin descanso, en el centro de mis relaciones con otros vertebrados:

  • “Entre todas las personas difíciles de nuestra casa o trabajo, hay una que podemos mejorar mucho”, C. S. Lewis.
  • “Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres”, Filipenses, 4.5.
  • “Si un hombre piensa mal de ti, no te enfades, eres peor de lo que piensa que eres”, Spurgeon.
  • “No pierdas el tiempo preguntándote si amas a tu prójimo, actúa como si lo hicieras”, C. S. Lewis.

Cita con Paloma R. Barceló: Yo digo cosas bonitas a quienes me rodean, aunque no sean científicamente  demostrables, porque, estoy convencida, la mentira es salud y paz ¡La mentira es caridad, respeto, tolerancia… la mentira es democracia, votamos gracias a la mentira…! ¡Y diversión! ¿Y lo aburrida que puede ser la realidad? (Además, la realidad existe, pero no para el Hombre, que es subjetivo y esa es su tragedia y también su única posibilidad de ser feliz). Decía que… Me resulta muy acertado regalar amor, atención y agradecimiento a los demás, antes que objetos, ¿puede haber algo más saludable y generoso que escuchar plenamente a otro? ¿hay mejor presente que profundizar en lo que esa persona significa? ¡¡Pues sí!!! ¡¡¡Lo hay!!! una sesión de (narcisismo) fotos con Paloma Rodríguez Barceló. Además, hacerse fotos con una profesional como ella es (como ir al psiquiatra y al médico estético) terapéutico. Te ríes, te redescubres y sales diciendo “joder, qué buena estoy”. A mí me ha hecho fotos que me han cambiado la autoimagen, la idea de mí misma, ¡la vida! Fotos que me acompañarán siempre y presidirán mi funeral, ampliadas y enmarcadas sobre mi ataúd.

Cita con la humildad: La Navidad debería ser una celebración, no una penitencia entre fogones. Sin embargo, cada año, miles de almas abnegadas se adentran en la cocina, convencidas de que la felicidad de sus seres queridos depende de un pavo relleno que, inevitablemente, quedará seco. Un momento, ¿o es soberbia? Hay que tener la grandeza de identificar las propias carencias e incapacidades. Pero… Ahí estás tú, rodeada de cazuelas, sudando entre recetas imposibles, con el móvil cubierto de mantequilla, mientras el bebé llora y el resto bebe, ríe y especula. Escucha prima, he aquí un manifiesto: Steak tartar a domicilio, no cocines en Navidad. Reivindiquemos el arte de disfrutar sin estrés, de ser anfitrionas listas, como zarinas, no mártires. ¿Cómo? Pues con este plato de resonancias legendarias. ¿Sabías que su nombre viene de los tártaros, esos jinetes nómadas que, según se dice, ablandaban la carne bajo la silla de montar? Y si hablamos con mayúsculas, nada sublima más un steak tartar que mezclarlo con el toque umami del caviar. Sin cáscaras de gambas, sin horno. Un acto de amor propio.

Cita con la vida eterna: No voy a hablaros del elixir de la inmortalidad (aunque sería precioso), sino de algo más pragmático y emocionante: entender cómo funciona nuestra biología única y optimizarla para que cada día valga la pena. He descubierto Longevida, una clínica muy vanguardista que analiza hasta el más mínimo detalle de tu organismo: tus genes, tu metabolismo, tus niveles hormonales, tus hábitos y el peso del estrés sobre nuestras espaldas, sisters. A partir de ahí, meten la información exhaustivísima en una computadora futurista y obtienen un mega plan para contener las enfermedades que te acechan, aumentar tu energía y ayudarte a envejecer con gracia (como Isabel II) y mucho swing. Vamos, que te dicen exactamente qué pasa contigo y cuál es tu problema (algo que nosotras nunca le diremos a nadie, porque estaría feo). Longevida sí porque no es solo ciencia, la prevención es el mejor acto de autocuidado ¿estamos listas para enfrentarnos a nuestra biología como una hoja de ruta? ¿Queremos saber lo que dicen nuestros genes, aunque eso signifique cambiar cosas, tomar decisiones? Nuestras células, amigas, hablan y Longevida, que conoce su idioma. ¡Pasa de las fotos de Paloma! (que nooo, ¡sí!) y regálate un futuro más largo y digno, a ti o a tu familia y tu marido; espera ¿deseas que viva más?

TAGS DE ESTA NOTICIA