Cinco horas ha tardado Isabel García en actualizar su perfil de LinkedIn y desvincularse del Instituto de las Mujeres, después de publicar, a las 10:04h, su carta de despedida en X. Desde hoy, García es profesional independiente, tal como consta en su perfil personal. La que fuera directora del Instituto de las Mujeres, hasta su cese, no ha perdido el tiempo y ya busca nuevas oportunidades laborales. “Está muy dolida con el PSOE y con la ministra. Se siente traicionada. Cree que Redondo no la ha defendido como debería. Ahora sólo piensa en regresar a Valencia. Le preocupa su futuro, pero también el de su mujer. Es consciente de que su cese también perjudicará a Elig Consultoría”, señalan fuentes del entorno de García a Artículo14.
La segunda sede de Elig, en el domicilio de García
Sorprende la rapidez con la que García ha actualizado su currículum en la mayor red profesional del mundo. Y más, si tenemos en cuenta que no fue hasta este domingo cuando borró su teléfono de contacto, el único que constaba, del perfil de Elig Consultoría. Lo hizo 48 horas después de que en Artículo 14 publicáramos que el teléfono personal de García era el único teléfono de contacto de Elig Consultoría en LinkedIn, donde se hacen los negocios. Ni siquiera lo sustituyeron por el de su mujer, quien, según García, gestiona únicamente la empresa desde su nombramiento. En el perfil de la consultoría ya no aparece ningún teléfono de contacto desde la madrugada del lunes. Sí aparece una nueva dirección: la de una segunda sede en Madrid, en la céntrica calle Toledo. Fuentes cercanas al matrimonio confirman que es la vivienda a la que se mudó García cuando aceptó la dirección del Instituto de las Mujeres y en la que ha permanecido durante su mandato. “Su mujer iba y venía”, apuntan fuentes del entorno del matrimonio.
Ha permanecido en la sombra
A García le ha costado ocho meses desvincularse de la empresa que fundó junto a Elisabeth García, su mujer, aunque oficialmente le traspasó la consultoría hace más de cuatro meses. Hasta este domingo, García era la única puerta de entrada al business de la pareja. Excolaboradoras de la hasta hoy directora del Instituto de las Mujeres señalan a Artículo 14 que su obsesión por el foco y el control no le ha permitido desligarse de Elig durante su mandato. “Durante este tiempo ha permanecido en la sombra, Isa estaba al corriente del día a día de la empresa”, apunta una excolaboradora de García.
Inmediatamente después de actualizar su nuevo rol, ha borrado su perfil en X, la red en la que se enfrentó al colectivo con tuits en los que afirmaba que “las mujeres trans no existen”, hablaba de “delirio trans” y en la que también protagonizó algo más que rifirrafes con compañeros de partido como Víctor Gutiérrez, Secretario de Políticas LGTBI del PSOE, y contra la senadora de Sumar, Carla Antonelli.
Perfil abiertamente tránsfobo
Su perfil abiertamente tránsfobo provocó un terremoto tras su nombramiento. Tanto, que incluso colectivos trans recurrieron al Tribunal Supremo su designación al entender que atentaba contra la dignidad y los derechos de las personas trans. “Entendemos que una persona que sistemáticamente, incluso después de haber estado aprobada la ley trans, se ha posicionado en contra de ella, ha hablado en términos denigrantes en relación con las mujeres trans y ha negado su identidad como mujeres, no está capacitada para llevar a cabo un puesto de esta naturaleza”, aseguraban sus responsables en ese momento.
Redondo siempre ignoró las peticiones de dimisión por este motivo, pero hoy, en el comunicado que ha publicado tras su cese, García denunciaba haber sufrido una “cacería” por “no compartir la visión íntegra de la ley Trans”. Ese, asegura ella, ha sido su único pecado.