Feminismo, la palabra que polariza las redes

La mitad de los comentarios que se realizan online sobre el movimiento son negativos. Las búsquedas sobre "igualdad" en internet han caído en torno al 50 por ciento en los últimos tres años

La Real Academia Española lo define como “un movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres“, sin embargo, el presidente del Gobierno no es el único que tiene amigos incómodos con el feminismo y a los que solo mentar la palabra les irrita. El vocablo se ha convertido en la chispa que enciende el odio en redes. La mitad de los comentarios que se realizan sobre el movimiento son negativos. 

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Así se desprende del informe “Sin Filtro” elaborado por la consultora Llorente y Cuenca que hace un análisis de cómo las redes sociales se han consolidado como una herramienta de ataque contra el discurso feminista. ¿En qué consisten estas agresiones? La mayor parte del discurso machista se basa en la deslegitimación a través de ataques y estereotipos. En Argentina, por ejemplo, uno de cada cinco mensajes machistas usa términos para desacreditar a las feministas como “puta”, “mal cogida” y otros como “lesbiana”, empleado con un intento de menosprecio y en sentido peyorativo.

Insultos, ridiculización y exageración

En España y Estados Unidos, en cambio, los ataques se centran más en la apariencia física y los detractores recurren a la ridiculización y la exageración para presentar el feminismo como extremista,
usando un tono satírico y sectario que dificulta el diálogo.

¿Quiénes atacan? El 98 por ciento de los perfiles antifeministas tienen, por ejemplo, una fuerte carga política y se encuentran radicalizados. Quienes dudan o se definen como escépticos con esta causa tienen 1,6 veces más probabilidades de caer en posturas extremistas que de abrirse a ella.

Además, el estudio identifica las principales justificaciones de los machistas para rechazar el movimiento, como la idea equivocada de que la causa ya ha ido demasiado lejos, o la percepción de la pérdida de privilegios entre el colectivo masculino.

Argumentos basados en la desinformación

El discurso machista es más endogámico y prevalecen argumentos basados en la desinformación y la descalificación. Recurren a los insultos 3 veces más que las feministas y en la mitad de todos sus mensajes siempre utilizan términos connotativos contra los que no piensan como ellos, sin aportar
alternativas o propuestas. El análisis ha revelado que una de cada tres publicaciones antifeministas en X a nivel global es breve y carente de reflexión.

La radicalización de la conversación puede estar influyendo en que los hombres jóvenes se acerquen peligrosamente hacia el bando machista. Mientras las mujeres jóvenes se consolidan como el grupo más feminista y políticamente activo, un creciente número de hombres jóvenes adopta posturas conservadoras. En Alemania y el Reino Unido, la brecha ideológica de género supera los 25 puntos, y en Corea del Sur y China es aún mayor, con movimientos que rechazan cualquier vínculo con los hombres en protesta contra el patriarcado.

El algoritmo prioriza la viralización

El estudio muestra también que las redes sociales han amplificado la polarización de género, favoreciendo la propagación de discursos machistas, especialmente entre los jóvenes. Los algoritmos de plataformas como X e Instagram priorizan la viralización de mensajes breves, como videos y memes, que simplifican y distorsionan temas complejos. Esto ha creado un terreno fértil para los discursos antifeministas, donde las reacciones rápidas amplifican la resistencia al feminismo. Un ejemplo claro de ello es el apoyo del 30 por ciento de los hombres de entre 16 y 29 años hacia las ideas promovidas por Andrew Tate, un influencer y exboxeador británico acusado de violación y tráfico de personas, que se autoproclama misógino.

Los discursos de siempre, pero en canales que los amplifica

Para Beatriz Bonete, socióloga experta en Género e investigadora Social coincide en que es cierto que en el mundo digital los discursos están muy polarizados. No solo el del feminismo, sino en general cualquier discurso ideológico se lleva a los extremos y parece que, para tener una opinión que destaque del resto, necesitas radicalizarla”.

Además, considera que existe una paradoja en la gente joven porque lo “radical” parece ser, precisamente, tener posturas machistas. Es decir, tradicionales. Son los mismos discursos de siempre, pero cambia los canales en los que se difunden y se amplifican”.

Muchas divulgadoras feministas han abandonado las redes

Para Bonete los jóvenes se están apropiando de ese discurso machista y eso impacta en la presencia que queremos tener las feministas en las redes. Porque al final, queremos estar informadas, queremos contribuir al debate social… pero no a costa de la salud mental o de recibir amenazas, que es lo que suele pasar”.

De hecho confiesa que hace muchos años que ya no está en X “porque me di cuenta que no era un espacio público seguro en el que intercambiar información, por el puro hecho de informarte, o posicionarte sobre un tema era una arena política muy machista y, por tanto, muy insegura las feministas, al final, en un mundo que es muy hostil para las que atacamos al patriarcado (desde el activismo y desde el ámbito profesional), elegimos nuestras batallas y elegimos los canales en los que queremos hablar”.

En cuanto al estudio, la socióloga cree que a nivel metodológico, está bien hacer una investigación sobre lo que se publica, e incluso utilizar la IA para poder analizar el máximo de información. Pero hay que tener en cuenta que se está analizando lo que hay y en investigación social también es importante preguntarnos e intentar explorar lo que no vemos, pero debería estar ahí: como son los discursos feministas en redes”, concluye.