Crónica negra

Escaleras, secretos y sospechas: el “accidente doméstico” de Kathleen

Michael y Kathleen Peterson eran el matrimonio perfecto. Hasta aquel 9 de diciembre de 2001

Michael y Kathleen Peterson eran el matrimonio perfecto con una magnífica relación entre almas gemelas. Michael era un escritor de best-sellers y Kathleen ejecutiva de una compañía de telecomunicaciones. Vivían en una impresionante mansión de 14 habitaciones en Carolina del Norte.

Michael se había casado previamente y con su ex-mujer tenía dos hijos. El entonces matrimonio tenía una íntima amiga -Elizabeth- que también contaba con dos hijas. Elizabeth murió repentinamente y Michael decidió adoptarlas. Kathleen, por su parte, estaba separada y tenía una hija. Así que el nuevo matrimonio Peterson estaba compuesto por una familia numerosa de 5 hijos.

La maldita escalera

Los Peterson disfrutaban de una vida privilegiada. Su hogar era un punto de encuentro de cenas elegantes y extravagantes fiestas. Hasta aquel 9 de diciembre de 2001. A las 3 de la mañana los servicios de emergencia recibieron una llamada de Michael en estado de pánico. ”¡Mi mujer se ha caído por las escaleras, por favor vengan rápido!”. Cuando los sanitarios llegaron no pudieron hacer nada por ella. “Estuvimos viendo una película y antes de ir a dormir salí al jardín a apagar las luces. Cuando entré de nuevo en la casa, encontré a Kathleen inconsciente” relató su marido.

La policía halló una ingente cantidad de sangre en la escena. Uno de los agentes relató que “había mucha sangre en la escalera y en el suelo. La ropa de la víctima estaba empapada y las paredes con grandes salpicaduras”. ¿Cómo una caída fortuita pudo haber dejado esta dantesca imagen?

La autopsia

El análisis del cuerpo de Kathleen reveló que la cabeza tenía 7 heridas importantes. “Todo parece indicar que se hicieron con un instrumento contundente, golpeado repetidas veces. Estamos ante un homicidio y no un accidente doméstico”. Michael fue entonces detenido.

A medida que la investigación avanzaba surgieron detalles que mostraron un lado oscuro en el afligido viudo. Cuando la policía analizó su ordenador se descubrió que mantenía relaciones extramaritales con hombres. Utilizaba servicios de profesionales del sexo. Por si esto fuera poco, salió a la luz que la pareja estaba atravesando por una dificultad económica y que Kathleen tenía un seguro de vida por valor de 1.8 millones.

Muertes paralelas

El juicio fue un espectáculo mediático; fue además el más largo y costoso de la historia de Carolina del Norte. En él se desveló una información que dejó a la familia Peterson en shock. Recordemos que Michael había adoptado a las dos hijas de Elizabeth, amiga de su primera esposa, al fallecer repentinamente. ¿Adivinan cómo murió? Se cayó por las escaleras. Las fotografías de la caída parecían una copia del accidente de Kathleen. Se ordenó exhumar el cadáver de Elizabeth y la autopsia fue concluyente. “Presenta fuertes heridas en el cráneo efectuadas con un objeto contundente. Su muerte ha sido un homicidio”.

La sangre no miente

Duane Deaver es un afamado especialista en patrones de manchas de sangre. Esta ciencia analiza la forma, dirección y velocidad de gotas y salpicaduras de sangre. Gracias a ello se obtiene información como el número de golpes que una víctima ha recibido así como la posición de ésta y su agresor durante y después del ataque. Este tipo de análisis pericial permite también corroborar las declaraciones de los implicados y testigos.

El perito Deaver afirmó en el juicio que la distribución de la sangre indicaba que Kathleen había sido golpeada. Expuso cómo las proyecciones de las salpicaduras en la pared mostraban que hubo un ataque violento. “También hemos analizado las manchas de sangre del pantalón de Michael. Las salpicaduras debieron hacerse al estar él en el momento y lugar del incidente. No cuando fue a socorrer a su esposa”.

Aunque no se encontró el arma del posible crimen, la hermana de Kathleen declaró que meses antes les había regalado un atizador para la chimenea. Durante los registros nunca fue encontrado. Pero milagrosamente apareció días antes de que concluyera el juicio, sin restos de tejidos y cubierto de telarañas.

Un inesperado final

Tras nada menos que 5 meses de testimonios y deliberaciones, Michael fue declarado culpable de asesinato y sentenciado a cadena perpetua. Sin embargo en 2017 se acogió a la Doctrina Alford. Se trata de un mecanismo legal que permite a un acusado declararse culpable reconociendo que hay pruebas en su contra, y a la vez seguir manteniendo su inocencia. Fue puesto en libertad tras haber pasado ocho años en prisión. Ahora vive una vida tranquila lejos del centro de atención. En una casa sin escaleras.

Michael se ha convertido en un personaje polémico en la cultura popular, en parte gracias a la serie de Netflix The Staircase, con Colin Firth en el papel protagonista. El caso se estudia en la universidad en la que imparte clases el profesor Thomas Metzgoff, quien en el momento del crimen era vecino de los Peterson y siguió de cerca este drama repleto de giros. “El documental es de visionado obligatorio para mis estudiantes sobre cómo desarrollar una defensa penal”. Pues no se lo pierdan.