décimo aniversario de proclamación

El Rey que siente la unidad de España como algo personal

Zarzuela distribuye fotos inéditas del monarca por el décimo aniversario de su coronación

Felipe VI ha tenido que liderar una segunda Transición. Si Don Juan Carlos pasó a la historia como el Rey que supo liderar que múltiples sensibilidades políticas alcanzaran la concordia hasta llegar al sistema bipartidista, Don Felipe ha sido precisamente al revés: heredó el Trono en el momento en que el bipartidismo comenzaba a romperse y a irrumpir en el Parlamento una serie de fuerzas políticas que, de momento, no parece que estén llamadas a entenderse.

Se añade a esta situación el que, además de reinar entre estos grupos que ahora forman el Gobierno, independentistas y republicanos, el Monarca ha tenido que actuar con dureza con miembros de su propia familia, como con su hermana la Infanta Cristina a raíz del “Caso Nóos”, hasta el “exilio” del Rey Juan Carlos a raíz de las causas judiciales abiertas contra él, aunque en este último caso los movimientos hayan sido más consensuados. El hecho de que las fuerzas políticas antimonárquicas miren con lupa cada paso que se da en la Corona en aras de desestabilizarla, le ha conducido a sacar de la Institución todo lo que no esté revestido de ejemplaridad.

Siempre con la certeza de que la Corona es lo primero, Don Felipe, incluso cuando su hermana, la Infanta Cristina, estuvo imputada por el “caso Nóos”, reaccionó en todo momento mostrando “respeto” por las decisiones judiciales. Su entonces cuñado, Iñaki Urdangarín, terminó entre rejas, mientras que no se probó la culpabilidad de Doña Cristina. Pese a ello, la actitud del Jefe del Estado fue implacable respecto a la separación de poderes (a la que se refirió en su discurso de proclamación) y llegó incluso a revocar el título de “duques de Palma” al matrimonio.

Como establece la Constitución, el Rey dispone de parte de los Presupuestos Generales del Estado para el funcionamiento de la Casa, en lo que se incluye la asignación entre los miembros de la Familia Real. Don Felipe retiró el sueldo a su padre, dado que el propio Don Juan Carlos escribió una carta en la que decía que por el bien de la Institución dejaría de hacer servicios para España. Y, además, dado el origen cuestionado del dinero de Don Juan Carlos, también renunció a su herencia.

Dentro de la propia Casa, el Rey también ha tomado iniciativas de transparencia de cara a la opinión pública, como que sea el Tribunal de Cuentas el organismo que audite los gastos de la Familia Real o hacer un inventario de regalos.

El Rey ha hecho 10 rondas de consultas en 10 años

El convulso tablero político que ha predominado en España desde que el Rey llegara al Trono se puede valorar simplemente por las rondas de consultas que ha convocado Don Felipe. Mientras que Don Juan Carlos hizo 11 rondas en 39 años para nombrar candidato a la presidencia tras las elecciones, Don Felipe ha asumido 10 en 10 años, debido a que la incapacidad de los partidos más votados de alcanzar mayorías que les permitan gobernar, y la consiguiente dificultad de formar pactos.

Es precisamente este hecho el que ha originado que se cuestione la figura del Rey, incluso entre algunos partidos más afines a la Monarquía. Hasta que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pactara con los secesionistas catalanes para formar gobierno llegando incluso a aceptar la amnistía de los artífices del referéndum ilegal, el papel de Don Felipe había sido alabado desde los sectores constitucionalistas en su mayoría. La Corona representa la cúspide de la unidad del país, por lo que el independentismo ha dirigido en numerosas ocasiones su tiro al blanco de la Corona. La carta que el Monarca dirigió a la nación tras el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 fue determinante. El Jefe del Estado dejó evidencia de su prepocupación ante lo que consideró “momentos muy graves para nuestra vida democrática”. Y señaló al Gobierno de la Generalitat como, bajo una “deslealtad inadmisible”, “quebrar la unidad de España y la soberanía nacional”.

“El Rey siente la unidad de España como algo personal”, han asegurado en distintos momentos conflictivos fuentes cercanas al Monarca. Y, si en algo se puede acertar al definir a Don Felipe, es su neutralidad en el lenguaje corporal a la hora de mostrar sus estados anímicos. Pero el 17 de noviembre del año pasado, en la promesa del cargo de Pedro Sánchez, Don Felipe no pudo evitar recibir en La Zarzuela al Jefe del Ejecutivo con semblante serio, dado que para conseguir los votos de los separatistas y mantenerse en el Gobierno había cedido a la hora aplicar la ley de amnistía. Fue en ese momento cuando Don Felipe tuvo que lidiar también con la opinión de una parte de la sociedad que le achacaba haber nombrado a Sánchez presidente o no haber actuado lo suficiente, en su papel de árbitro, para que las fuerzas mayoritarias llegaran a un acuerdo.

La segunda oleada ha llegado ahora, cuando tras los comicios europeos del 9 de junio, Don Felipe ha firmado la ley de amnistía dos días después, como está obligado a hacer según establece la Constitución. Alvise Pérez,  candidato por “Se acabó la fiesta” ha criticado que Don Felipe estampara su rúbrica, y desde Vox, partido monárquico, han manifestado que “los españoles se sienten abandonados”.

Sumado a este regalo del Gobierno días antes de cumplirse los diez años de reinado, el PSOE balear ha impedido con su abstención que la Princesa Leonor sea nombrada hija predilecta de Mallorca.

Pese a actuar en este escenario de incertidumbre política, el Rey tiene una gran valoración dentro de la Unión Europea y las fuerzas más centristas y constitucionalistas, además de un sector de la población que considera que la Monarquía aporta estabilidad. Pero, si en alguien confía el  Jefe del Estado para consolidar la Corona en el futuro es en su hija heredera, la Princesa Leonor. La elegancia y sencillez de la hija de los Reyes, y su empeño en desempeñar su papel de manera impecable, hace que tenga la simpatía de los más jóvenes. Un estudio reciente realizado por REMCO, desprende que ven a “La Princesa con optimismo y buenas expectativas, considerando que su juventud y educación podrían traer una perspectiva de cambio y renovación a la Corona”. Por su parte, reconocen el papel de Doña Letizia a la hora de acercar la Monarquía a la sociedad y la utilidad de su agenda y facultades comunicativas.

A Don Felipe se le cataloga como  “serio, prudente, discreto, con criterio, buena formación, neutral, distanciamiento familiar, modernizador, con buen perfil internacional, conocimiento y sensibilidad ante el pluralismo del país”. Si bien, en líneas generales, creen que la Monarquía ha hecho un esfuerzo por modernizarse y renovarse, sí les parece que es necesaria una mayor visibilidad de lo que significa un Rey. Este próximo miércoles, en los actos conmemorativos en el Palacio Real por su décimo aniversario, Felipe VI ha hecho un gesto para conectar  con los más jóvenes, ya que además de organizar un acto en el que otorgarán condecoraciones a 19 ciudadanos ejemplares, ese mismo día por la tarde, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía recorrerán la Galería de Colecciones Reales, con un grupo de 40 jóvenes entre 17 y 20 años.

 

 

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