Edimburgo es cultural, misteriosa y brillante; una ciudad con una dimensión ideal para ser visitada a pie y en 48 horas. Deslumbra con sus elegantes barrios de la época georgiana y embruja con los escurridizos e intrigantes pasadizos del castillo y su ciudad medieval. Tiene museos destacados como la National Gallery o la Portrait Gallery y nos perderíamos enumerando los tours que se pueden hacer y los lugares que visitar, pero os voy a hacer un plan de dos días con lo imprescindible para que los viajeros de Articulo14 disfrutéis de la ciudad y no os perdáis lo más importante.
Ayer comenzó el famoso Festival internacional de Edimburgo. Hasta el 25 de agosto la ciudad brillará engalanada de amarillo para celebrar una fiesta llena de artistas procedentes de más de 40 países de todo el mundo donde bailan hasta los fantasmas. Una comunión artística de culturas que lleva 77 años celebrándose en sus empedradas calles, a las que acuden miles de personas con ganas de ver los espectáculos de danza, teatro, música y ópera que se celebran por toda la ciudad y alrededores del Castillo. La nueva edición se estrenó ayer viernes bajo el tema ‘Rituales que nos unen’ con la que según la directora Nicola Benedetti reside el deseo de unir a artistas y público a través de experiencias innovadoras e informales.
Día 1
9:00 Comenzamos este viaje en el salón de Peacock Alley, el reloj más famoso de Escocia, el único superviviente del incendio que acabó con la estación de trenes más importante de la ciudad en 1890, que siempre adelantaba su hora 5 minutos para que los viajeros nunca perdieran el tren. No es sólo bonito, además es considerado con los impuntuales. Esta joya reina en el salón principal del magnífico Waldorf Astoria de Edimburgo. Un hotel excepcional con vistas al castillo de Edimburgo, que sobresale por su elegancia, haciendo alarde del lujo clásico, un excepcional servicio y una comodísima ubicación. Fue inaugurado en 1903 y protagoniza – junto con el icónico hotel Balmoral- la saga de hoteles históricos y de lujo más espectaculares de Escocia.
Tras disfrutar un buen desayuno escocés en este salón encantador comienzan las vibrantes 48 horas en una de las ciudades más misteriosas y apasionantes del mundo. Bienvenidos a Edimburgo.
10:00 El Castillo de Edimburgo y la piedra del destino.
Para comenzar este viaje os recomiendo que dediquéis la mañana a visitar uno de los más famosos e intrigantes castillos del mundo. Erigido en lo alto de un peñón de origen volcánico, reina sobre la ciudad con cientos de leyendas que habitan entre sus muros de piedra. Merece la pena dedicar toda la mañana a conocer la historia de la ciudad y de la propia Escocia, y a detenernos en la contemplación de la mítica piedra del destino, también conocida como Piedra de Scone o Piedra de la Coronación; un bloque de piedra de 150 kilos envuelto en leyenda y misterio que se empleaba en las ceremonias de coronación de los reyes escoceses durante la Edad Media. En el siglo XIII fue capturada por el rey Eduardo I y llevada a la Abadía de Westminster en Londres, para emplearla en la coronación de los reyes ingleses y en 1996, el Gobierno británico decidió devolver la Piedra a Escocia, con la condición de que volviera a la capital británica para su uso en futuras coronaciones, como así fue en la coronación de Carlos III, cuando volvió a escena para obrar su magia. Si acudís al castillo podréis visitarla junto con otras joyas de la corona escocesa. Es un encuentro lleno de misterio.
13:00 A las 1 de la tarde el cañón del Castillo se despedirá de vosotros para que comencéis vuestro recorrido por la pintoresca Royal Mile. Es la calle principal y vía indispensable para conocer el casco antiguo que une el Castillo con el romántico Palacio de Holyrood. A pocos metros de la salida os recomiendo parar a comer en el restaurante Ambers (siempre con reserva previa), de ambiente típico escocés, donde podéis degustar una cata y aprender todo sobre el Whisky escocés, localmente conocido por “The water of land”.
En Escocia hay unas 120 destilerías en activo y en cada rincón un Whisky Bar. Dalmore, Talisker (de las Islas Skye), Cardhu o Macallan son algunas de las más reconocidas. Si os gusta el Whisky es vuestro momento. Degustarlo en pequeños shots, sólo o con hielo. Un lujo.
15:00 Justo a la salida, enfrente de Ambers, tenéis una de las más famosas atracciones de Edimburgo: Cámara Oscura y World of Illusions. Es un plan muy divertido y en la azotea del edificio, hay unas vistas preciosas de la ciudad. Os recomiendo esta visita, sobre todo si vais con niños.
17:00 La tarde la podéis pasar vagabundeando por la Royal Mile hasta llegar a la hermosa catedral de St. Giles, un templo bellísimo del siglo XII, lleno de luz, de estilo gótico y con vidrieras de colores, que sirvió de capilla ardiente de la Reina Isabel II.
Comprobaréis además que en la Royal Mile están inmortalizadas las manos de personalidades relevantes. Entre ellas podréis encontrar la de JK Rowling, autora de Harry Potter. Muy cerca también podéis admirar la George Heriot´s School donde estudiaron los hijos de la autora, que se inspiró en la escuela para crear la imagen de Hogwarts. George Heriot fundó esta escuela a principios del siglo XVII para brindar educación a los “niños huérfanos de padre” en la ciudad de Edimburgo y es realmente un lugar digno de conocer.
Pero hay mucho más contenido en la ruta para los que sois seguidores del universo Potter. Os recomiendo hacer una parada en The Elephant House, la cafetería donde JK Rowling escribió parte de la saga y visitar dos tiendas imprescindibles en la pintoresca Victoria Street, the Museum Context o The Enchanted Galaxy, a pocos pasos de la Royal Mile. Allí podrás adquirir todos lo elementos necesarios para conocer y manejar las artes oscuras.
19:00 Victoria Street también es el lugar ideal para comprar algo de tweed escocés en tiendas como Walker Slater y una buena opción para terminar el día disfrutando de una pinta y algo rico en Howies, una de las cadenas gastronómicas más típicas de la ciudad. Para los que buscáis algo más sofisticado os doy otra opción: Grazing del chef escocés Mark Greenaway, ubicado en el histórico Waldorf Astoria Edinburgh.
Día 2
10:00 Merece la pena dedicar la segunda mañana de tu viaje a subir al famoso Calton Hill, el Monumento nacional de Escocia, también conocida como la Atenas del norte. Está dedicado a los soldados y los marineros escoceses que murieron luchando en las guerras napoleónicas y es una de las fotos más clásicas de la ciudad.
13:00 Después de la visita es muy recomendable comer en Lookout by Gardener’s Cottage, un restaurante-mirador con cocina muy rica y unas vistas increíbles sobre la ciudad. Una parada muy relajante después de la caminata.
15:00 A continuación, os propongo que deis un tranquilo paseo hacia Princess Street, la principal vía comercial de Edimburgo y tomar el Afternoon Tea como una auténtica Scotswoman en el espléndido Hotel Balmoral, emblema de la ciudad inaugurado en 1902.
17:00 Por la tarde os animaría a salir de la ruta turística y dar un paseo por la zona de Dean Village, junto al río Water of Leith. Tiene un pequeño puente y edificios del s. XVII, muy agradable para estos meses de verano. Os llevaréis un buen recuerdo paseando por una antigua villa molinera del siglo XII que se ha convertido en uno de los barrios más pintorescos de Edimburgo, verdaderamente parece que estás en un cuento.
Y si os sorprende la lluvia – algo categóricamente probable – podéis visitar uno de los fantásticos museos que ofrece la ciudad. Yo elegiría entre la National Gallery, donde se exhibe “La Vieja friendo huevos”, de Diego Velázquez, la Portrait Gallery, con cuadros de Monet, Tiziano o Van Gogh, así como numerosas obras de artistas escoceses o el Museo Nacional de Escocia, un edificio precioso, bien situado, con salas de animales, ciencia y espacio…y una azotea con vistas espectaculares de la ciudad.
20:00 Para el final del viaje os he dejado lo mejor. La experiencia gastronómica y sensorial más encantadora que nunca olvidaréis. Porque no podéis marcharos de Edimburgo sin cenar a la luz de las velas en el restaurante más bonito del mundo. Pocos restaurantes tendrán una historia tan atractiva y antigua como The Witchery by the Castle, un restaurante-hotel fundado por James Thomson en un edificio histórico a las puertas del Castillo de Edimburgo, que ya cumple cinco décadas y toma su nombre de los cientos de mujeres y hombres quemados en la hoguera como brujos en Castlehill durante los siglos XVI y XVII. Se dice que se ejecutaron más brujas en Castlehill durante el reinado de Jacobo VI que en cualquier otro lugar de Escocia. Desde que entras en la hechicería, construida en 1595, a través de un tradicional callejón de la Royal Mile, que te recibe con un ejército de velas y flores, te sientes embriagado por los vientos del embrujo.
Su interior está inspirado en el palacio de Holyrood y decorado con biombos de cuero dorado y una opulenta tapicería de cuero rojo, tapices, cubertería de plata y candelabros de iglesia antiguos que te sientan a la mesa como si fueras una reina escocesa.
Os vais a enamorar de Edimburgo. Y ya no habrá vuelta atrás. Os lo prometo.