Me decía una amiga que se está enamorando con mucho temor. Ya tenemos una edad en la que las cicatrices tardan en desaparecer y las caídas pueden suponer fracturas, entiendo sus remilgos, ¡lucha contra ellos!_ le dije. Siempre que ames (¡no hay nada más divertido e interesante que amar!) vas a indicar al otro donde se encuentra tu vulnerabilidad, tu herida, para que meta si quiere dos paladas de sal gorda. Pero el que tiene miedo que no viva, los sufrimientos posibles (esto es de otra amiga) están todos amortizados: «Al que cae desde una dicha bien cumplida, poco le importa cuán hondo sea el abismo». Y esta cita es de Lord Byron, el poeta británico del romanticismo, famoso por su vida turbulenta, y sus escándalos amorosos (y la lápida de su perro). Murió a los 36 confiado y amortizado. Esperemos que pase lo que pase, por muy inoportuno (o jodidamente doloroso) que parezca, será bueno porque esto (la vida) es un proceso perfecto necesariamente.
Enfadarse con la vida cuando las cosas no ocurren conforme a nuestros ridículos y mezquinos deseos, revolverse, deprimirse es muy humano, pero debemos recomponernos, aceptar lo que no se puede cambiar e incluso disfrutarlo, sin juzgar, ¡reírnos!
Ningún carácter que se precie, ni inteligencia reseñables se ha forjado en la sopa boba de las “facilidades” o en un jacuzzi tomando caipiroskas. Quizá algunos piscos Sour.
Cita con Rameau
Yo conocí a Jean-Philippe Rameau (1683-1764) a los 13 años a través de mi colega de la infancia Daniel Oyarzabal; cuando se iba de vacaciones me prestaba su colección de cd’s (una colección muy seria) y a mi me estallaba el cráneo, como solo puede pasarle a una sensibilidad loca como la nuestra (hoy un reconocidísimo organista y clavecinista de trayectoria internacional). Rameau fue un compositor barroco francésy revolucionó la música de su tiempo con innovaciones en la armonía y el contrapunto. Su legado se considera crucial para la evolución de la música clásica, y a mí me ha dado más horas de placer que cualquiera de mis amantes (pocos, por desgracia).
Y ahora resulta que los Solistas de la Orquesta Barroca de Sevilla interpretan sus Pièces de Clavecín en Concerts –para mí lo mejor que tiene- este mes en Caixaforum Madrid. Lo más audible de la música de cámara francesa, con algunas de las mejores piezas del último barroco.
Una ocasión que no podéis dejar escapar, corred a por las entradas que volarán. Yo he comprado 2 y no sé con quien iré o si lo haré sola. ¡qué más da! Martes 22 de octubre, a las 19 h. Caixaforum Madrid. Paseo del Prado 36.
Cita con 31 mujeres
Un famoso director de orquesta preguntó a Peggy Guggenheim:
-Pero ¿cuántos maridos has tenido?
Y Peggy, que un día se haría enterrar con sus amados perros (como yo misma haré) respondió:
-“¿Te refieres a los míos o a los de las demás?”
Peggy Guggenheim no se identificaba explícitamente como feminista, pero vivió de una manera que desafió las normas de género y abrió muchas puertas para las mujeres en el arte y otros espacios. En un mundo de hombres, fue independiente, tomó decisiones audaces, mantuvo el control de su fortuna y de su colección, lo cual no era habitual para las mujeres de su época. Y lo más importante, no fue un coñazo de tía (machistoide y remilgada), que podía haberlo sido, fue educada para serlo.
Peggy se veía a sí misma fuerte y libre, pero no necesariamente como parte de un movimiento. De hecho, llegó a decir que no creía en el “arte femenino”, y se mantuvo más interesada en la calidad de las obras que en el género del artista, no obstante, queridas, su acción y su legado representaron un avance significativo para las pintoras y escultoras.
En 1943, la coleccionista expuso en su galería neoyorikina ‘Exhibition by 31 women’, una selección de obras de mujeres que, a través de movimientos como el surrealismo o la abstracción, cuestionaron las normas patriarcales establecidas en la plástica; y que ahora llegan ahora a la Sala Recoletos de la Fundación Mapfre en Madrid. La exposición, comisariada por Patricia Mayayo,incluye obras de Frida Kahlo, Dorothea Tanning o Leonora Carrington.
’31 mujeres. Una exposición de Peggy Guggenheim’. Hasta el 15 de enero.
Cita con tu novio
Y os recomiendo otro peruano que he descubierto, fruto de mi obsesión malsana por sus sofisticaciones culinarias y sus increíbles y peligrosísimos cocteles de apariencia candorosa (la cocina peruana es mi favorita, hasta la fecha junto con la mexicana y la Thai). La nación Gastrobar en pleno Barrio de Salamanca. Recetas típicas peruanas, ingredientes frescos, buena calidad, ambiente desenfadado, cero pretencioso pero festivo.
En La nación, tienen su propia marca de pisco, procedente de los mejores viñedos Iqueños. Pisco de chacra, elaborado artesanalmente en alambiques y falcas que marcarían la promesa de devolver lo que la tierra le dio. Un delicioso y amenazante destilado en 44%, una potencia que lo hace único y resulta ser el acompañamiento perfecto para una tarde de besos y piscos otoñales con tu novio.
Por cierto, en La nación hacen fiestas constantemente donde se toca música de por allá (“festejo”) y si se quiere se baila. La semana pasada descubrí con ellos algo que ignoraba y que ustedes sabrán, que el cajón tiene su origen en Perú y que fue creado por afrodescendientes peruanos en el siglo XVIII como una adaptación a las prohibiciones coloniales de utilizar tambores. ¿Cómo? ¿No es un instrumento genéticamente flamenco? No. El cajón llegó al flamenco gracias a Paco de Lucía, que lo descubrió durante un viaje a Perú en 1977. Después de verlo en acción, decidió integrarlo a su música porque le pareció que encajaba perfectamente con los ritmos del flamenco moderno. Calle de Don Ramón de la Cruz, 48.