PLANES CON CARLA DE LA LÁ

Agradecer por higiene, presionar el botón mortífero de la navidad y esquivar las Meninas con Arte

Esta semana la escritora nos recomienda dar las gracias, como terapia, seguir el rastro de las luces navideñas y un viaje romántico a Gar Anat en Granada

Cómo me gustaría que nuestro simpático gobierno, aficionado a juguetear con las leyes, implantara en España, con carácter obligatorio, ¡y en el mundo entero!, una costumbre tan bonita y saludable como Acción de Gracias. Porque ¿cuántos de nosotros, a pesar de tener nuestras necesidades cubiertas, salud, sustento y hasta compañía, nos quejamos? ¿Y cuántas personas conocéis instaladas en el discurso chupóptero de la carencia: “ay, cuánto sufro, me falta esto, lo otro y lo de más allá…”. Pero alejadas del sano ejercicio de contemplar la abundancia (inmerecida) en que vivimos. Apenas conseguimos algo comenzamos a echar en falta otra cosa.

Como sabéis, queridas, el último jueves del mes se celebra la festividad de Thanksgiving en el país del sueño americano y sus áreas de influencia, una celebración procedente del siglo XVII que a pesar de haber perdido gran parte de su significado original se ha transformado en tradición (como la navidad) para que las familias se reúnan en una cena en la que agradecen.

Por supuesto, en un mundo arrogante como el nuestro a la mayoría de la gente le parecerá una chorrada esto de pararse a dar las gracias, especialmente teniendo en cuenta todas las circunstancias desagradables que hemos de encajar cada día (cada mes, cada año…) y pensando que además nos debemos a muchas actividades urgentes y obligatorias antes (de agradecer), con las que no cumplimos convenientemente; a saber, dormir ocho horas, hacer una hora diaria de ejercicio, leer dos, pasar tres de calidad con nuestros hijos o familias… Tener buen sexo, trabajar (trabajos exitosos o que al menos nos permitan pagar lo que debemos…) y, ah… Lo más importante, o al menos lo más irritante… ¡Comernos nosecuantas piezas de fruta! Al día…

¡Cómo vamos a ponernos a dar gracias! ¿Y a quién?

Cita con el agradecimiento: No estoy diciendo que debamos engordar un pavo todo el año y meterlo en el horno el próximo jueves….Estamos agotadas, como dice mi amiga Carmencita, ser madre en el siglo XXI es como ser gladiador en el siglo IV a. C. Hacemos demasiadas cosas, aunque no siempre nuestro esfuerzo apunta hacia la dirección correcta: la felicidad y el bienestar espiritual, dos estados que forzosamente pasan por agradecer, y no lo digo yo, lo dice Psicopartner, el último concepto en psicoterapia: “A mayor gratitud menor riesgo de caer en depresión y ansiedad. La clínica y los estudios demuestran que las personas agradecidas suelen ser más felices porque la costumbre de agradecer libera neurotransmisores como la dopamina y porque en aquellos que agradecen se activa una mayor comprensión de los demás y del entorno, y se reduce el dolor físico y emocional”.

Porque agradecer va más allá de esa emoción elemental y egoísta que experimentamos al recibir un regalo. Agradecer es una sabia estrategia de adaptación psicológica por la cual encajamos las vivencias cotidianas, sean las que sean, de manera positiva, inteligente y solidaria, con independencia de los contratiempos.

Cita con las Meninas: Y si no, pongámonos a restar; reflexionemos sobre cómo serían nuestras vidas sin ciertas personas, situaciones o bendiciones empezando por el hecho de poder salir de casa sin que caigan explosivos por la calle. De la subsistencia a la destrucción solo hay un instante. Por otra parte, quizá sean más estéticas las bombas, proyectiles, petardos, obuses y detonaciones en cualquier formato que la mal llamada exposición, que sacude las almas sensibles de los que vivimos en Madrid y de sus visitantes. Amigas, ¡han vuelto! La séptima edición de la Meninas Madrid Gallery exhibirá sus aterradoras esculturas entre el 15 de noviembre y el 15 de diciembre. Este año participan con sus diseños los integrantes de Hombres G, Chenoa, Karina, Susanna Griso y Paloma Cuevas entre otros legendarios personajes de nuestra piel de toro. Aquí os dejo la ubicación exacta de todas ellas, para que podáis optar por rutas alternativas y así ESQUIVARLAS.

Cita con tus hijes: Esta semana explota bellamente el alumbrado navideño de las calles españolas. Échate encima un bonito abrigo y sal de la mano de tus hijos a tomarte un chocolate por ahí… (si no quieren porque son adolescentes, échate abrigo y un novio, y paseas de su precioso brazo por las principales vías iluminadas…) Mi madre siempre dice que para gozar enormemente de las fiestas hay que ser enormemente rico o cateto… Puede ser, sin embargo, sisters, para mí, todo el año es navidad (y en noviembre dejo de fingir). Cierto que la navidad, tan misteriosa y alegre para los niños, es también un proceso obligatorio donde las madres asumimos presiones afectivas, sociales, económicas e incluso físicas: una pista americana de chocolates, rencuentros, disfraces de campana, nostalgias, examen de conciencia, lomo embuchado, papel de regalo, impostación, panderetas, muros de mazapán, celofán y tijeras, que muchas bien se clavarían. Lo comprendo. Mi suegrita Berta, era maravillosa, todos los 24 de diciembre, antes de las 11 de la noche, recogiendo apenas el segundo plato de la nochebuena, suspiraba reconfortada (ella concedía como mucho un par de horas anuales al nacimiento del Señor)… ¡Por fin, acabó la navidad! Y para ella terminaba verdaderamente y no quería saber nada de nada, ni de nadie. Escribo frente a mi frondoso árbol rodeado de cajas llenas de bolas que tengo que desempolvar y colgar, y tengo miedo de acabar de escribir y que ya sea verano, que acabe el verano y que sea navidad de nuevo y seguir escribiendo este artículo y tener que poner el árbol en un bucle infinito…

Cita con tu esposo: ¿Y qué mejor que revitalizar esa relación estable, cómoda y polvorienta que arrojándote a unos días de sexo y romanticismo (por ese orden, sin duda)? Esta vez os recomiendo Granada, una ciudad bellísima a la que quiero especialmente sin que ella tenga ni idea. Historia y encanto, un paseo por los emblemáticos barrios del Albayzín y el Sacromonte, la majestuosa Alhambra y las vistas
desde el Mirador de San Nicolás. En el centro de esta ciudad vibrante, repleta de plazas, estudiantes y tesoros arquitectónicos como la Catedral renacentista que alberga los restos de los Reyes Católicos, se encuentra el refugio perfecto para vosotras: el Hotel boutique Gar Anat.

Este remanso de buen gusto, ubicado en el barrio del Realejo, ofrece el ambiente que tu corazón necesita. Alojado en un edificio del siglo XVII, combina la solera de una antigua posada de peregrinos con un diseño exclusivo y contemporáneo. Cada una de sus 15 habitaciones ha sido decorada con mimo y singularidad, vigas de madera originales y detalles inesperados. Gar Anat es el lugar perfecto para disfrutar de una
escapada reconstituyente.

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